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sábado, 19 de agosto de 2017

Carrer de Joaquín Costa.

La calle Joaquín Costa va hoy en día desde el carrer del Carme hasta Ronda Sant Antoni. La calle data de 1819 y en principio se llamó calle de los Cuatro Estamentos, e iba solamente desde Peu de la Creu hasta Ferlandina: desde esta última hasta el final de la muralla, que se ubicaba en la actual Ronda Sant Antoni, se extendía un campo de huertos.


En 1849 cambió su nombre por el de Ponent, y en la década de los 60 se buscó una conexión con la calle del Carmen por abajo, y un poco más allá de Valdonzella por la parte de arriba.

El diario La Corona publicó el 19 de febrero de 1866 el inicio de las obras para la prolongación de la Calle de Poniente:

“A la una de ayer tarde tuvo lugar la anunciada ceremonia inaugural de la apertura o prolongación de la calle de Poniente, para darle salida hasta la del Carmen. Repetidamente hemos indicado que es esta mejora una de las que con más urgencia reclamaba Barcelona, y cuya importancia a nadie se ocultaba.
No son dos, ni tres calles, las que van a salir beneficiadas, sí que barrios enteros muy poblados, que, por falta de esa vía de comunicación, se encontraban segregados del casco principal de la población, con marcada incomodidad de sus habitantes y grave perjuicio de los propietarios. Esto explica el extraordinario regocijo con que se asociaron aquellos vecinos a la ceremonia de ayer, colgando en sus balcones y ventanas y poblándose las calles de numerosísima concurrencia.

El Ayuntamiento, en corporación, precedido de la banda municipal y de los maceros, comprendiendo toda la importancia de la mejora, quiso dar con su presencia mayor realce al acto. En un tablado bastante bien decorado que se improvisó al efecto, celebró, por así decirlo, el municipio sesión pública, leyendo la autorización para la apertura y procediendo luego el alcalde corregidor a la demolición de un trozo de muro, en señal de quedar comenzadas las obras. Los circunstantes celebraron con una aclamación general la inauguración, retirándose después el Ayuntamiento.”

El pintoresco artículo termina con la siguiente aclaración:

“Las expropiaciones a que debe procederse son pocas. Se reducen a un pequeño trozo de la parte norte del convento de Capuchinas, y a cuatro casas de la parte de la calle del Carmen, puesto que el terreno restante entre éstas y aquél consiste en patios.”

Los nuevos edificios albergaron multitud de comercios y se instalaron clases modestas y trabajadoras. La calle había protagonizado hasta entonces diversos conflictos sociales y políticos en la ciudad y tenía fama de revoltosa, y continuó en su misma línea. En 1868 los vecinos boicotearon la procesión del Rosario de la Aurora lanzando orinales desde los balcones, hasta que finalmente acabaron a los palos entre unos y otros con la intervención del ejército. En 1909 se llenó de barricadas y tiroteos entre los movimientos obreros, que se habían declarado en huelga y rebeldía contra el reclutamiento forzoso para ir a la guerra en Marruecos, y el ejército invadió la ciudad para aplastar la revuelta.

En 1912 la ciudad entera se quedó horrorizada con el extraña y sensacional noticia de Enriqueta Martí, y lo que descubrieron en el piso que ocupaba en el entresuelo del número 29 de esa calle. Enriqueta murió en la cárcel en 1913 y el caso no llegó a esclarecerse nunca del todo: las pruebas y las acusaciones habían resultado inconsistentes, pero la fama del caso con sus distorsiones y el odio popular con su habitual ceguera, la habían convertido en una especie de monstruo demoníaco mataniños. En la hemeroteca de La Vanguardia se puede consultar el seguimiento que le hizo el diario al caso de la llamada vampira de Barcelona, incluyendo el siguiente artículo informativo el 21 de agosto antes del juicio.

En mayo de 1923, a petición del Centro Aragonés, el Ayuntamiento de Barcelona accedió a cambiar el nombre por el actual de Joaquín Costa, en honor al político y pensador aragonés.

Durante la posguerra y el franquismo la calle quedó dentro de la órbita decadente de lado más feo del Raval. El submundo del Barrio Chino quedaba al otro lado de la calle del Carmen. Un tipo de prostitución barata pasó a formar parte del paisaje de la calle, uno entraba y parecía un lugar medio olvidado y abandonado, con gente perdida y alcohólica sentada en los portales e individuos que te miraban de reojo al pasar, y a los que era mejor evitar. Con la política de remodelación urbanística del 92 empezó la recuperación y mejora del barrio y de esta calle.

Actualmente la calle es peatonal y está llena de paquistaníes y filipinos, gente del barrio de toda la vida y guiris despistados que pasan por ahí, con comercios anticuados a lado de verdulerías de productos exóticos, locutorios para inmigrantes y tiendas postmodernas, y a la actividad del día le sigue la de la noche con su ambiente de copas y locales fashion que conecta con el resto de este Raval de principios del S.XXI, vibrante de vida y multicolor.












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