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domingo, 7 de abril de 2019

Las canciones de Georges Brassens.

El periodo de entreguerras del siglo pasado dio lugar a una edad dorada de la cultura francesa que la hizo brillar en todos sus ámbitos, y en la que destacó también la llamada canción popular: Maurice Chevalier, Ray Ventura y sus orquestas, las composiciones de Paul Misraki, las de Vincent Scotto, Georges van Parys, Albert Willemetz, Delettre, las de Mireille y Noain, Pils et Tabet, Jean Boyer, Charles et Johnny, el propio Charles Trenet, Edith Piaf, Tino Rossi, Jean Sablon o Alibert, incluyendo la guitarra de Django Reinhardt con Stéphane Grappelli; la canción tradicional, operetas y el vodevil, mezclado con el swing americano que había llegado a Europa con el sonido de sus metales y el ritmo apresurado que había tomado nada más empezar el siglo XX.

Las canciones de Georges Brassens salieron de todo eso que escuchó de muy joven; y por otro lado de su gusto por la poesía francesa con su profundidad literaria que estructuró sus versos diríamos que con una disciplina insobornable: François Villon, Baudelaire, Verlaine, Paul Fort, y su paisano Paul Valéry por poner ejemplos. Merece la pena escuchar la música que le puso a los siguientes versos de Victor Hugo:

Altesse

Altesse, il m'a fallu des revers, des traverses, (Alteza, me hicieron falta reveses y obstáculos)
De beaux soleils coupés d'effroyables averses. (Bellos soles truncados por espantosos aguaceros)
Être pauvre, être errant, et triste, être cocu (Ser pobre, errante y triste, ser cornudo)
Et recevoir beaucoup de coups de pieds au cul. (Y recibir un montón de patadas en el culo.)

Avoir des trous l'hiver à mes grègues de toile (Tener en invierno agujeros en mis toldos de tela)
Grelotter et pourtant, contempler les étoiles (Y entre temblores, contemplar las estrellas)
Pour devenir, après tous mes beaux jours enfuis (Para convertirme, después de todos mis hermosos días desvanecidos)
Le philosophe illustre et profond que je suis. (En el ilustre y profundo filósofo que yo soy.)

Un inteligente punto de sentido del humor cuando expresaba lo que pensaba creaba empatía incluso ente los que pensaban de otra manera. Su personalidad complicada, medio nietzscheano y medio cristiano, con su culto por la amistad y la necesidad de ser fiel a uno mismo, su rechazo por el comportamiento gregario e irracional de la muchedumbre, lo mismo que por la falsa moralidad de la iglesia y la gente aparentemente respetable, y la disciplina militar que anula la personalidad para que puedan jugar con uno “a los soldaditos” en las guerras, están de fondo en sus canciones. Y por supuesto los matices y complejidades del amor entre un hombre y una mujer.

Encontró sin dificultad el sonido para sus canciones: otra guitarra más específica que acompañara la suya, y un contrabajo. Su voz tenía una pureza que reflejaba su inteligencia y sinceridad natural, y sabía dosificar la dicción en sus versos. Sus melodías son siempre elegantes, y suenan bien incluso por sí mismas. En cuanto a las palabras, las trabajaba incansablemente durante todo el tiempo que fuese necesario, a veces durante años.

Cuando le preguntaron que por qué cantaba canciones, dijo que en primer lugar no sabía hacer nada más; y en segundo lugar, porque vivía en una especie de soledad y aislamiento, y cantar era una manera de contactar con la humanidad, hacerse oír por ella, estuviese esta donde estuviese, y recibir algún tipo de respuesta y reconocimiento.

Después de la interpretación que hizo de “Le grand café” con la guitarra en presencia de Trenet, éste le preguntó al final: “Extraordinario, me pregunto Brassens, cuando os escucho cantar Le grand café, si estoy soñando, si usted está reamente ahí, ¿está usted ahí?” Brassens le contestó: “Está usted soñando un poco, yo no estoy nunca totalmente ahí”. “Ah, estaba dudando, estaba dudando”, contestó Trenet.


Cuando fui a ver su tumba en Sète no hace mucho, unas flores y fotos decoraban su lápida. Un grupito de gente había llegado allí para ver lo que teníamos delante, poco más. El sol de la tarde con el mar de fondo daba a las sombras formas alargadas. De pronto tras la lápida apareció una gallina picoteando cositas del suelo y dando cierta comicidad a la impresión grave que dan todos los cementerios con sus tumbas y sus contenidos. Y mirando la gallina, me pregunté si Brassens tampoco estaría ahí totalmente.

La “Chanson pour l’auvergnat” la compuso según explicó en unas 3 horas: estaba en el París de la posguerra, donde le habían acogido después de irse tan campante del campo de trabajo alemán en el que estaba; y le venían ayudando en las cosas más elementales para que pudiese dedicarse a sus canciones. Dijo que su cuerpo sintió tal agradecimiento que la canción salió prácticamente sola. Auvernés vale por Auvergnat, natural de la Auvernia, o Auvergne, y viene a indicarnos a un tipo de provincias: 3 ayudas recibe sin nombre ni apellido, sin interés a cambio, del auvernés, la mesonera y el forastero, que le reconcilian con el género humano.


Chanson pour l'Auvergnat

Elle est à toi cette chanson (Esta canción es para ti,)
Toi l'Auvergnat qui sans façon (tú el auvernés que sin problema)
M'as donné quatre bouts de bois (me diste cuatro pedazos de leña)
Quand dans ma vie il faisait froid (cuando en mi vida hacía frío.)
Toi qui m'as donné du feu quand (Tú, que me diste fuego cuando)
Les croquantes et les croquants (toda la muchedumbre)
Tous les gens bien intentionnés (y toda la gente bienintencionada)
M'avaient fermé la porte au nez (me dieron con la puerta en las narices.)

Ce n'était rien qu'un feu de bois (No fue nada más que un poco de leña,)
Mais il m'avait chauffé le corps (pero me calentó el cuerpo)
Et dans mon âme il brûle encore (y en mi alma sigue brillando)
A la manièr' d'un feu de joie (como un gran fuego festivo.)

Toi l'Auvergnat quand tu mourras (Tú auvernés cuando te mueras,)
Quand le croqu'mort t'emportera (cuando el enterrador se te lleve)
Qu'il te conduise à travers ciel (que te conduzca a través del cielo)
Au père éternel (hasta el Padre Eterno.)

Elle est à toi cette chanson (Esta canción es para ti,)
Toi l'hôtesse qui sans façon (tú la mesonera que sin problema)
M'as donné quatre bouts de pain (me diste cuatro trozos de pan)
Quand dans ma vie il faisait faim (cuando en mi vida pasaba hambre.)
Toi qui m'ouvris ta huche quand (Tú, que me ofreciste la panera cuando)
Les croquantes et les croquants (toda la muchedumbre)
Tous les gens bien intentionnés (y toda la gente bienintencionada)
S'amusaient à me voir jeûner (se reían de verme ayunar.)

Ce n'était rien qu'un peu de pain (No fue nada más que un poco de pan,)
Mais il m'avait chauffé le corps (pero me calentó el cuerpo)
Et dans mon âme il brûle encore (y en mi alma brilla todavía)
A la manièr' d'un grand festin (como un gran festín.)

Toi l'hôtesse quand tu mourras (Tú mesonera cuando te mueras,)
Quand le croqu'mort t'emportera (cuando el enterrador se te lleve)
Qu'il te conduise à travers ciel (que te conduzca a través del cielo)
Au père éternel (hasta el Padre Eterno.)

Elle est à toi cette chanson (Esta canción es para ti,)
Toi l'étranger qui sans façon (tú el forastero que sin problema)
D'un air malheureux m'as souri (me sonreíste con un aire triste)
Lorsque les gendarmes m'ont pris (cuando los gendarmes me pillaron.)
Toi qui n'as pas applaudi quand (Tú, que no aplaudiste cuando)
Les croquantes et les croquants (toda la muchedumbre)
Tous les gens bien intentionnés (y toda la gente bienintencionada)
Riaient de me voir emmener (se reían de verme llevar preso.)

Ce n'était rien qu'un peu de miel (No fue nada más que un poco de miel,)
Mais il m'avait chauffé le corps (pero me calentó el cuerpo)
Et dans mon âme il brûle encore (y en mi alma sigue brillando)
A la manièr' d'un grand soleil (como un gran sol.)

Toi l'étranger quand tu mourras (Tú forastero cuando te mueras,)
Quand le croqu'mort t'emportera (cuando el enterrador se te lleve)
Qu'il te conduise à travers ciel (que te conduzca a través del cielo)
Au père éternel (hasta el Padre Eterno.)

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